En una casa de acogida, escondida en medio de un bosque de frailejones, vive temporalmente un grupo de adolescentes víctimas de trata sexual. Habituadas a un horario nocturno, las chicas transitan los días durmiendo sobre las mesas y suelos de la casa, cuidando de los bebés que han tenido, hijos de sus secuestradores. Por las noches, ninguna de ellas duerme, en un alto estado de abstinencia a las drogas que eran forzadas a consumir.